Pedro Aguirre Cerda

miércoles, 3 de septiembre de 2008



Pedro Aguirre Cerda "Gobernar es educar"

Pedro Aguirre Cerda nació en Pocuro, cerca de Los Andes, en febrero de 1879. El número 7 de 11 hermanos de una familia cuyo padre, un modesto agricultor, falleció cuando él tenía 8 años y cuya trabajadora madre cuidaba de sus hijos al tiempo que cumplía con las labores del campo. Un niño de campesino que cada día recorría una legua a caballo, de ida y vuelta, a su escuela en el pueblito de Calle Larga.

Tras cursar humanidades en el Liceo de San Felipe, Pedro partió a estudiar a Santiago, graduándose como Profesor de Castellano, en el Instituto Pedagógico en 1900 y titulándose como abogado cuatro años después. Su memoria, en Derecho, se titulaba "La instrucción secundaria en Chile" y en ella, el futuro estadista ya desplegaba inquietudes y respuestas sobre un tema que vislumbraba con claridad: la importancia de la educación como motor de progreso social y económico del país. Se especializa en Derecho Administrativo y Financiero en la Universidad de la Sorbona y estudia Economía Política y Legislación Social en el Colegio de Francia. A su regreso, en 1914, se desempeña como profesor en el Instituto Nacional, siendo posteriormente elegido presidente de la Sociedad Nacional de Profesores.

Como es tradición entre los políticos laicos, a pesar de haberse criado en el catolicismo, ingresa a la Logia Masónica, lo que pronto lo conduciría a integrar el Partido Radical, del cual fue presidente. Distintas responsabilidades parlamentarios anteceden a su nombramiento como Ministro de Justicia e Instrucción Pública, en el gobierno de Juan Luis Sanfuentes. Desde ese cargo impulsó la Ley de Instrucción Primaria y luchó por elevar el nivel económico de los profesores. Opositor de la dictadura del General Ibáñez, encabezó el Frente Popular y ganó en las elecciones de 1938 al candidato derechista Gustavo Ross. Asumió bajo el lema "Gobernar es educar".

Durante su gobierno, la educación técnico profesional, en lo industrial y minero, recibió un gran impulso, siendo concebida como el necesario complemento en el proceso de industrialización que vivía el país. La Universidad de Chile extendió sus actividades a lo largo del país y creó un centro de investigación científica y de cultura general, así como la Facultad de Economía y Comercio, indispensable para la transformación económica y social que se producía en el país.

Al mismo tiempo, se dio una notable importancia a la educación primara, lo que se reflejó en la construcción de más de mil escuelas, con la consiguiente apertura de más de tres mil plazas de trabajo para los profesores. Además, se desarrolló un extenso plan de viviendas destinadas a sectores de bajos recursos. "La política educacional del Estado no tiene límites, sobrepasa la instrucción sistemática de la escuela y de la universidad y se extiende a todas las actividades nacionales", diría el visionario profesor.

De hecho, su impronta en la educación y la cultura va más allá de las salas de clase y se manifiesta en otros fenómenos, como el influjo cultural que significa la llegada de los refugiados de la Guerra Civil española a bordo del Winnipeg. Personalidades como el historiador Leopoldo Castedo y los pintores José Balmes y Roser Bru, además de comerciantes y profesionales de diversas áreas, llegaron a insertarse en nuestra sociedad con su pensamiento y obra, en un grupo de 2500 inmigrantes, que desembarcaron en Valparaíso gracias a la iniciativa y organización de Pablo Neruda bajo el gobierno de Aguirre Cerda. "El asilo contra la opresión", se convertía también en hogar de refugio para los judíos que huían de la persecución nazi en Alemania, y de los países ocupados antes y durante la Segunda Guerra Mundial.

Bajo su gobierno se presentó un proyecto de ley para crear el Premio Nacional de Literatura y gestionar el otorgamiento del Premio Nobel a la poetisa Gabriel Mistral, lo que se logró materializar durante el gobierno de Juan Antonio Ríos. Junto a su esposa, y prima hermana, Juana Rosa Aguirre, más conocida como Misia Juanita, instauradora de la Navidad para los niños pobres y Primera Dama comprometida con el trabajo social, fueron grandes amigos de la poetisa. A este matrimonio, la Mistral dedica su primer libro, Desolación, "a quienes debo las horas de paz que vivo". A su vez, Aguirre Cerda le dedica su libro El problema agrario: "A Lucila Godoy... nuestra Gabriela".

Como tantos que en la época morían a manos de la entonces incurable tuberculosis, el Presidente dejó de existir al tercer año de su mandato, siendo despedido por las multitudes que lo llamaron "el presidente de los pobres".

1 comentarios:

Luciano dijo...

Luciano ha pasado por aca.
Bendiciones ^^

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